Es un sentimiento vanal común entre todos nosotros.
Te hace perder el juicio, no ves con claridad, no ves nada solo quieres romperle la cara a alguien aunque sea de ti mismo de quien escapas.
Tic tac, el reloj suena, los minutos cuentan y a ti te la suda, esa impotencia, el saber que no lo vas a poder esconder, hagas lo que hagas no podrás esconderlo.
Ni evitarlo.
No puedes pretender que desaparezca, seguirá allí, te atormentara el tiempo que haga falta y cuando creas que ha desaparecido, allí seguirá pendiente de ti riendo y diciéndote que en cierta forma te mereces esto que te esta pasando, esa voz nunca se calla, no te abandona, siempre esta ahí, pendiente de ti, expectante, no te vas a librar por mucho que reces a todos los dioses en los que creas, eso es así y así será .
Solo puedes encerrarte en un lugar oscuro e intentar no hacerle daño a alguien que parecías en esos momentos, porque aunque tu no lo controles, sabes que lo harás.
Y eso sin duda es lo más triste y lo más frustrarte de este sentimiento.
Si escribo esto ahora es porque lo estoy sintiendo y no se va, no me deja tranquilo.
Y si esta es la única forma que tengo de poder tranquilizarme y ver las cosas mas claras no dudo en que lo haré.
Ahora mismo no soy yo y no puedo hacer ni ayudar a nadie
Así no...